REVISTA CANARIA

Natalia Izarra, Fotógrafa. Redactado por @loretosocorro

Si tuviera que contar un cuento sobre Natalia Izarra, imaginaría a una mujer curiosa, divertida y sin miedo: una heroína con tintes de maga.

Natalia llegó a Gran Canaria  (Vecindario, Santa Lucía de Tirajana), para presentarnos su proyecto artístico llamado NIHL.

Ella vino con una furgoneta, que es más de lo que aparenta: exactamente funciona también como una cámara estenopeica. Pero vayamos por partes…

Natalia,  ¿qué es Nihl?

Es un trabajo artístico de fotografía estenopeica,  pero, en este caso,  las fotos no las hice con la furgoneta, sino con una cámara pequeña: una caja de galletas convertida en cámara. Como es redonda las fotos son circulares.

¿Nihl nace con algún objetivo?

Como proyecto personal, más que nada.

Cuando estaba estudiando tenía que hacer un trabajo de fin de curso y surgió de manera espontánea.
Para mi fue un autoconocimiento constante y me di cuenta de que era lo que me interesaba, por dónde quería ir.
Lo que me gusta de la fotografía estenopeica y lo que tiene que ver con el proyecto actual de la furgoneta no es el hacer la foto como el objetivo final, sino todo el proceso que le acompaña:  irme con la furgo, viajar con ella, todo el proceso que envuelve y acompaña a la fotografía.

Natalia Izarra, espontánea y divertida nos habla de la oportunidad de autoconocimiento que ha podido disfrutar mientras NIHL iba sucediendo…

Se va viendo lo que te interesaa, aunque tu creas que no hablas de nada; por eso se llama así el proyecto. Al final, la fotografia no deja de ser sino hablar de ti mismo. Siempre es a través de tu mirada y es tu filtro el que prima.

¿Qué más nos has traído a la isla?

Principalmente he venido a dar un taller, a presentar el fotolibro del proyecto,  en la Feria del Libro de Santa Lucía de Tirajana y a exponer mi trabajo en Vecindario, desde el cuatro de mayo.

En cuanto a los talleres que has impartido ¿ es una fábrica de sorpresas?

Los talleres compartidos en estos días han sido para personas fotógrafas que ya han usado cámaras analógicas, aunque esto no implique que hayan tenido laboratorio en casa, así que tambien algunos se han sorprendido.

Cuando compartes con estudiantes de institutos ¿Cómo responden?

La gente muy joven se sorprende mucho porque son nativos digitales y todo lo que tiene que ver con el proceso analógico, sobretodo el momento del revelado.  Y es que, cuando aparece la imagen… es muy bonito ese instante del revelado. Yo misma estoy siempre sorprendida.

En tus creaciones artísticas, ¿influye  arqueóloga, buscas tus orígenes?

Sí, porque soy de un pueblo pequeño y la naturaleza me tira mucho y cuando tengo que elegir qué cosas hacer o dónde dirigirme,  pues siempre busco espacios alejados. La naturaleza que es lo que me gusta porque, de alguna forma, reconecto con ese entorno en el que he crecido y lo que busco siempre es estar en lugares alejados de la gente, sin meterme mucho en ciudades o espacios cerrados.

En la furgoneta de Natalia nace algo parecido a la magia y su uso como cámara estenopeica ha despertando  la curiosidad por donde ha rodado. Le preguntamos por su paseo isleño…

Me he movido, sobretodo, por las zonas de las playas, aunque todo el mundo me dice que me suba al Roque Nublo y tal… y es verdad que Canarias es preciosa, pero me interesa el mar y la costa. Soy de meseta y tengo mucha fijación con el mar.

¿Qué es lo que más te interesa de nuestra costa?

Me interesa hacer fotos y explorar el mar, el movimiento y los tiempos lentos. Para mi la costa y el mar es algo bastante lejano así que me  centro en experimentar con todo eso.

El mar, el movimiento y ¿qué hay del viento?, ¿qué te aporta para tus fotos?

El viento no deja de ser movimiento y utilizando estas cámaras, que tienen tiempos de exposicion tan largos,  pues todo lo que sea movimiento también le da otro punto de vista, es lo que define el resultado.

¿Qué es lo más singular en este tipo de cámaras?

Lo más característico es la falta de nitidez que le da y, por ser tiempos largos,  las figuras y objetos que estén en movimiento aparecen movidos. Le da un toque personal. El resultado es difuminado. En vez de aparecer fija la imagen, queda como una estela.

¿Cómo se te ocurrió empezar a usar la furgo estenopeica?

Fue un poco casual. Me hablaron de esto -porque hay más gente que lo hace- y como yo me acababa de comprar la furgoneta,  empecé a experimentar con la fotografía estenopeica. Cada vez me fui metiendo más en ello y al final…

¿Ha habido mucho «ensayo-error» hasta llegar al día de hoy?

Muchísimo,  porque yo no tenia ni idea.

Cuando me decían que la gente hacía cámaras con furgonetas,  pues a mi me parecía algo… como de otro mundo;  pues igual que a cualquiera cuando se lo cuentas. Empecé a adaptar la furgo, poco a poco, por ejemplo: cómo tenía que hacer el estenopo, que es el agujerito por donde se filtra la imagen a la luz. Al principio no estaba tan bien hecho, técnicamente, como ahora y las fotos no me salían buenas. Fui investigando cómo tenía que tapar, sellar la luz, cómo proyectar la imagen… Tuve que ir probando para que las cosas salieran bien.

¿Qué es lo mas grande que has fotografiado?

¿Te refieres al tamaño del papel ?… -Natalia aclara, ante mi desconocimiento, con una explicación sagaz que, como grande, es que cabe todo- …Porque, al proyectar la imagen, se proyecta todo lo que se quiera en la furgoneta. No tiene que ver tanto con lo que es el tamaño del objeto, sino el tamaño del papel que yo uso para hacer fotos.

La furgo me permite usar papeles y negativos muy grandes. He utilizado papeles de 50×60 y los puedo combinar.
Normalmente, para hacer eso o tienes una cámara muy grande o una furgo donde te puedes meter dentro.

No puedo resistirme a hacerle un comentario friki sobre ese momento, como de ciencia ficción…

Eso le cuento a los niños, que es como si yo fuera pequeñita y estuviera dentro de la cámara.
El hecho de poder estar dentro de la cámara es una ventaja, aparte de poder utilizarla también como laboratorio y de poder revelar allí mismo, que también es algo maravilloso.

En Sal del Atlántico quisiéramos saber qué otros trabajos nos dejará asombradas, pero para eso aún hay que esperar un poco. Mientras tanto,  visitaremos la exposición y disfrutaremos del Fotolibro de Natalia Izarra. Ella nos cuenta que siempre está trabajando ideas y dejándose llevar.