Entrevista realizada por Julia Socorro, @islassem
Lara, ¿Cómo te surge la necesidad de comunicarte a través de la fotografía?
Desde chiquitita siempre me gustó el expresarme pintando, estaba muy pendiente de las cosas que pasaban a mi alrededor. Yo era de las niñas que pintaba las paredes de la casa, y con ocho añitos empecé a ir a clases de pintura al óleo. ¡Imagínate, era una pitufa!
Con el tiempo entré en contacto con la fotografía, ya que a mi padre le gustaba la fotografía. No eran cámaras profesionales, porque ellos no lo son tampoco. Como tenía que dedicar más tiempo a los estudios, dejé las clases de pintura al óleo. Justo en ese momento, mis padres me regalaron una cámara de fotografía digital, básica, tenía unos doce años. Me fascinaba sacar fotos.
Llegó la adolescencia y empecé a sufrir acoso escolar en el colegio de las monjas. Era una niña muy tímida, reservada… No tenía referencias de hermanos mayores. Mi hermano es nueve años menor que yo. No contaba, no compartía lo que pasaba. ¿Qué hice? Utilicé el arte como medio de expresión. Lo que hacía era que llegaba a casa, cogía la cámara de fotos de mi padre a escondidas y me caracterizaba, dependiendo del día, de cómo me sintiera… y me empezaba a sacar fotos. Autorretratos. Así desahogaba toda la angustia, todo el dolor que estaba sintiendo con la violencia que recibía en clase. Así pasaron cuatro o cinco años.
Con diecisiete años me regalaron una reflex, mi primera cámara ya profesional. A partir de ahí volví a conectar con la fotografía, con la naturaleza. Salí de esa época negra que tuve. Estuve de Erasmus en Irlanda, me metí en un club de fotografía con la universidad y allí aprendí la parte más técnica y hasta el día de hoy… – Lara ríe continuamente con esa alegría y ternura que la caracteriza.
Mezclas naturaleza y su cuidado con tu arte, con tu fotografía. ¿Qué te lleva a esta mirada con la que nos iluminas?
Siempre he sido amante de la naturaleza, sobre todo del mar. Me he criado en un pueblo costero, casi que aprendí a nadar antes que a caminar. Soy submarinista y veo mucho el sufrimiento que causamos al planeta y a los animales. Lo que vemos los buceadores, la verdad es que no tiene nombre.
El autorretrato en mis obras lo utilizo para desahogarme y representar cosas que criticar. Un día empecé a pensar la frustración que sentía con los efectos que produce el plástico porque encontramos muchísimos animales atrapados, muertos, asfixiados. Me puse a trabajar en una fotografía a través de la que muestro todo el daño que estamos haciendo al planeta. Otro día estaba pensando en el tabaco, el humo y cómo estamos destrozando la capa de ozono y así.
También he estado metida en voluntariados, por ejemplo con Foresta, reforestando la cumbre. Mi padre es el fundador del Club de Buceo el Gran Azul, que es un Club de Telde. Lo fundó teniendo yo cuatro años. Me he criado viendo a mi padre cuidar del mar, conociendo a la gente. Él empezó a organizar las limpiezas de las costas marinas de Telde. Hoy lo hace el Ayuntamiento.
Ésta fue la educación que recibí, la educación de cuidar del planeta, cuidar del mar… limpiar, no contaminar… La educación que he recibido, sobre todo de mi padre de cuidar lo que nos rodea.
¿Qué opinas sobre esa imagen idealizada que tenemos sobre el fondo marino?
Durante la pandemia cuando nos encerraron pudimos ver los delfines en Venecia, las ballenas y los animales volviendo a la costa. Pensábamos que dentro del dolor de las pérdidas humanas, la vida resurgió para los peces, que se estaban reproduciendo. El primer día que nos dejaron ir a hacer deporte, estábamos a las siete de la mañana en Tufia y cuando nos sumergimos en el mar, no había nada, nada. Se habían estado dedicando por las noches a hacer pesca ilegal, mientras estábamos encerrados y no habían peces en el mar.
Te metes en el mar y hay un montón de peces enredados con anzuelos. El fondo está lleno de trasmallos, de plásticos. De ese día recuerdo dos cosas: una que no había peces y otra, encontrar una mascarilla en el fondo, a veinte dos metros de profundidad, enganchada a un erizo. Todos los días que vamos a bucear sacamos algo: anzuelos, plomos, plásticos…
Lara, estoy mirando tu instagram hay una fotografía donde están los peces dándote besitos… Observo que es arte lo que creas a través de la fotografía con la técnica del tratamiento de imágenes digitales…
Es difícil integrarlo todo, con los años voy mejorando.
¿Cómo defines la técnica que trabajas con el arte que creas?
Es una pregunta que todavía me cuesta responder. No estoy muy segura. Me he fijado en dos o tres chicas hispanohablantes que trabajan con el estilo que hago. Hay varios términos que se pueden reflejar en mi obra. Uno es «conceptual» porque no estoy haciendo una fotografía, estoy pensando en cómo voy a hacer la fotografía, en el boceto, en la técnica digital que voy a usar, en el atrezzo… en la postproducción. Es un concepto que estoy creando porque no saco fotografía porque sí. El segundo término es «pictórico» porque le doy un estilo de pintura. Incluso, un tercer término que empiezo a introducir es «activista» porque estoy reivindicando con ideas y haciendo una crítica social. No lo hago con todas las fotos, en general casi todas la finalidad que tiene es hacer una crítica de las cosas que hay en la sociedad y necesitan un toque de atención.
Conocí a una marchante de arte hace años y cuando le pregunté sobre la definición de arte, ella me respondió: «el arte es cuando se te mueven las emociones» y viendo tu gran trabajo mueves muchísimo las emociones, reflexionas, aprendes… ¿En qué momento empezaste a integrar esta parte activista?
A finales del 2019 integré la mirada activista en el trabajo que realizo. En ese momento fue cuando empecé a trabajar con Photoshop y empecé a hacer fotografía contra la violencia de género, sobre los incendios en nuestra cumbre de Gran Canaria, quería mostrar el dolor de lo que estaba pasando si la isla fuera una persona. Siempre me gusta acompañar la fotografía con un texto que escribo, o añadiendo referencias de libros. Siempre que escucho algo que me llama la atención, que me da una idea… tomo nota en mi libreta.
Tienes una publicación donde hablas de la cosificación del cuerpo femenino…
La expuse en la Casa de Colón, hubo mujeres que salieron llorando de la sala de exposición. No fue mi intención. Ellas me contaron historias muy fuertes. Creo que es muy necesario este tipo de arte, el arte que nos mueve por dentro. No es solo conciencia, cuando algunas personas están en la exposición se reconcilian con una vivencia… no sé.
Lara, veo que realizas muchas exposiciones. ¿Todas son en Gran Canaria? ¿En diferentes islas?
El año pasado empecé a realizar exposiciones en solitario. Antes estaba en un colectivo. Dejé de exponer en el colectivo porque me fui a vivir fuera. Al volver a la isla, ya con premios ganados en Estados Unidos, surgió de forma natural realizar exposiciones en solitario.
¿Cuéntame sobre esos premios en Estados Unidos?
Los premios se llaman «MUSE Photography Awards» son premios internacionales y se puede presentar quien quiera. Supe de estos premios a través de la admiración que siento por el trabajo profesional de una mujer catalana y me presenté con una fotografía fresquita que tenía, que ya estaba publicada en redes sociales cuando quedaban sólo cuatro días para cerrar el concurso. La verdad es que me gusta para los concursos presentarme con fotos nuevas. Me surgió y lo hice así. Probé… porque hay gente que tiene mucho recorrido, reconocimientos…
El catorce de abril anunciaron por la web el premio, no enviaban correo. Estaba muy nerviosa el día anterior. Me metí en la web al día siguiente y así durante días y no me veía. En estos premios pagas la estatuilla por adelantado para que te la manden porque te sale más barato. Intenté contactar con ellos para que me devolvieran el dinero. Lo intenté por todos los canales. El 26 de abril me respondieron y me dijeron: «no sé lo que ha pasado, hemos tenido problemas para contactar contigo y no te vamos a devolver el dinero. ¡Eres la ganadora!». Y además, me dijeron que había ganado dos premios. Me metí en la página web, salía mi nombre y empecé a llorar y llorar…
Me lo cuentas y se me erizan los pelos de la emoción…
Estaba en mi casa llorando, mi pareja no estaba. La perra saltando encima.
Lo miré durante varios días en la web… porque no me lo creía.
¿De las exposiciones qué has hecho con cuál te sientes más realizada?
La exposición de Telde, porque fue la primera exposición que hice, tuvo muy buena acogida, con unas setenta personas. Es una pregunta difícil. Todas las administraciones me han tratado muy bien. La Casa de Colón es un espacio muy complicado para exponer y expuse allí. Ellos hicieron una gran promoción y vino un grupo de mujeres de ASOR LAS PALMAS, la asociación de personas sordas de Las Palmas. Estuvieron conmigo, con las intérpretes, recuerdo este momento con emoción.
Esta nueva exposición que inauguras en Arucas. ¿Dónde es? ¿Cuál es la temática?
La exposición es en el Museo Municipal de Arucas, que está dentro del parque. La temática es «el respeto» y es la línea de toda la temática que tengo. Trabajo el respeto a las mujeres, a la naturaleza, a las personas… Son tres salas. En la primera sala es la parte más psicológica, la llamo «el mundo de los sueños» es donde expongo sobre la ansiedad, celos, depresión, resiliencia… La segunda sala es el medio ambiente y la tercera sala está enfocada hacia la mujer.
En la sala de la mujer, ¿qué nos vamos a encontrar?
La violencia de género principalmente. Hay dos obras del cáncer de mamá que es una enfermedad que está a la orden del día y la endometriosis. Es una enfermedad incluso desconocida para las mujeres, que me preguntan. La padecemos muchas, y no está visibilizada. A mi me la detectaron hace casi cuatro años. Me sonó a que me estaba muriendo, pues no sabía lo que era.
Lara, eres una persona muy joven y tienes muy integrado en tu ADN transmitir todos estos valores que vemos reflejados en tus obras en instagram y que nos estás contando…
Mi trabajo no es solo para concienciar a la gente. Es una forma para mi de desprenderme de emociones. Porque a mi el tema del plástico y de la contaminación me toca mucho por dentro y al crear la obra voy soltando el dolor que siento. Me ayudo a mi. El autorretrato empezó para mi siendo terapia y sigue siendo terapia. El arte para mí es terapéutico. El hecho de poder crear yo desde el inicio: modelo, atrezzo y todo lo que conlleva, a mí me genera un montón de alivio. Poder representar las cosas que siento… es inexplicable.
¿Le dedicas bastantes horas de tu vida a construir?
Siempre estoy pensando en la foto. Me puedo pasar meses y años pensando en la foto. El día que sé qué foto voy a hacer, estoy noches sin dormir por la ansiedad… pensando, pensando… maquinando. Luego es cuando se desencadenaba el proceso. Lara no existe. Me centro en ello, lo disfruto tanto.
Me pasó con una foto el verano pasado que estuve tres noches sin dormir porque me pasaba la madrugada editando la foto. Son un montón de horas.
Tienes esa influencia de acompañar a tu padre al mar. ¿Qué influencias tienes por parte tu madre?
Mi madre no ha sido tan artista. Mi padre hace fotografía submarina y yo participo con él en concursos. Mi madre tiene la fuerza, a mi me pasaba al principio que la gente me decía que eso no era fotografía, ni arte, que era una bazofia. Luego… ya venían a pedirme consejos de Photoshop. Mi madre siempre ha sido una mujer fuerte, luchadora, y eso que me ha inculcado mi madre es lo que me ha permitido que me de igual este tipo de cosas que me han dicho. El «Yo voy pa’lante», es de mi madre.
Además a mi madre le detectaron un cáncer de mama en fase 4, que eso es «opérate ya y reza». Entonces, viví en casa la fuerza de mi madre. Ella no se metió en la cama a llorar. Mi madre iba a los carnavales, con las amigas… Le quitó hierro a la enfermedad. Yo estaba en Irlanda de erasmus, supe de su enfermedad dos meses antes de volverme. He sacado de mi madre, la fuerza.
¿Qué influencia tienes de los viajes que realizas?
En los viajes que he realizado, he descubierto países donde la gente recicla, cambia el tipo de productos que compra para cuidar el medio ambiente, cuidan más de los animales… Percibes más sus avances, su ecología.
Soy vegetariana, aquí la gente se ríe de mí. En otros países hay muchas opciones veganas, vegetarianas, lo respetan y adaptan la alimentación y lo integran y ponen facilidades. Esto es otra conversación.
Cerrando ya con esta conversación, decirte que eres todo un descubrimiento. Lara es muy risueña, está en el camino del arte destacando como una de las mejores artistas del mundo, su premio «MUSE Photography Awards» así lo refleja.
2 comentarios en «Lara Collado la fotógrafa conceptual, pictórica y activista»
Bravo Lara, chapó, eres muy grande, personas como tú son las que necesita el planeta, para coger conciencia. Tienes una historia de luces y sombras pero tu coraje ha hecho desaparecer esas sombras y echarle un pulso a la vida. Enhorabuena, eres toda una artista.
Agradecidas por el comentario, se lo transmitiremos a Lara. Saludos.